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En un cementerio de chatarra... Feliza encontró una flor.

  • Autor: AnaLú Revelo
  • 4 feb 2017
  • 4 Min. de lectura

Feliza Bursztyn, FLOR Hierro y acero soldados Museo de Arte Moderno La Tertulia.1975

Una panorámica de la singular obra que su momento realizaba la escultora Feliza Bursztyn, nacida en Bogotá en 1933 y que para muchos es una perdida prematura en el arte colombiano, al morir como exiliada política en Paris en el año 1982. Justo después de recibir la el menú para ordenar, con un fulminante ataque al corazón murió en un restaurante parisino. Aseguraron que fue de tristeza, hasta uno de sus mejores amigos lo afirmo, el único premio nobel de Colombia que estaba con ella en ese trágico suceso.[1]


Al terminar sus estudios de escultura en la escuela Art Students League de en Nueva York y en la academia Grande Chaumière de Paris, regreso a Colombia para encontrarse con los principales constructores de esculturas de los años sesenta, Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar eran dueños de una propuesta pulcra, metálica y geométrica. Aunque Feliza sabia trabajar elementos como el bronce y el yeso, más temprano que tarde se daría cuenta que no podía costear esos materiales y sus técnica. Sin embrago contaba con una personalidad rebelde y arrolladora que le permitió ser recursiva y a partir de la carencia obtener el máximo aprovechó e inicio su trabajo con materiales no convencionales.


Sus esculturas se caracterizarían por ser compuestas a partir de objetos encontrados, materiales industriales desechados, piezas perfectas para su genialidad, tuercas, tornillos, bujías, puertas, parachoques, desperdicios de los cementerios de autos y chatarras


[1] García Márquez, Gabriel. Enero 20 1982.El País. http://elpais.com/diario/1982/01/20/opinion/380329211_850215.html

* Fotografía: Obra de Feliza Bursztyn, FLOR -Hierro y acero soldados - Museo de Arte Moderno La Tertulia.1975

EL NACIMIENTO DE LA FLOR

Después de su éxito con las “Camas” que hábilmente combino entre estructuras metálicas y telas satinadas, muy brillantes simulando parejas copulando. En el año 1975 Feliza creo su escultura “Flor”, este es un regreso firme a la escultura con chatarra rescatada de los siniestros automovilísticos , Continuaba así fortaleciendo el gran formato en sus obras, con materiales no tradicionales, pues en sus inicios eran obras pequeñas tímidamente estructuradas, retando nuevamente al público acostumbrado al arte figurativo y lineal.

Teniendo en cuenta que Colombia fue de los últimos países de América en concederles derechos políticos a las mujeres, para ese momento apenas se cumplían 18 años de ejercer el derecho al voto, concuerdo en que Feliza estaba adelantada a su época, es de admirar su posición irreverente y punzante, tanto en su obra como en su posición política de izquierda progresista.

En la escultura “Flor” podemos ver representado ese nacimiento frágil pero determinante de un capullo, que valiente emerge de los hierros retorcidos, que antes fueran la defensa de los autos Dodge 1500 ó Polara, fabricados por la Chysler. Este material extraordinario apto para ordenarlo en medio de su singular desorden, transmite la vida de un ecosistema inagotable, como es la chatarra.

En este amasijo de hierros viejos podemos percibir la analogía de la naturaleza, como una gigante flor prehistórica y de belleza milenaria, la artista pretende transmitir la mayor vitalidad para conmover al espectador

SI HAY PRESENTE, HAY FUTURO

Su obra argumenta planteamientos más allá de la estética convencional del objeto, tomando el punto de vista de José Jiménez podríamos decir que el arte con chatarra de Feliza “mantiene su fuerza y vitalidad, en un mundo cambiante, característico de condición humana, Porque en su entraña más profunda el arte es metamorfosis, y por eso no mera repetición, ni simple redundancia, si no producción de realidad, creación. Partiendo de lo que hay, de la experiencia sensible, de lo que existe, el arte va mas allá, cuestionándolo y cuestionándose a sí mismo. Como escribió Paul Klee, en 1920, el arte “no reproduce, hace lo visible” ”.[2]

La obra de Feliza hoy es conocida por los versados del arte, pero poco reconocida por los desapercibidos transeúntes de los museos en Colombia. Intentó y logró con éxito trascender con el desperdicio de autos declarados en siniestro total, sus manos lograron contextualizar estos cadáveres mecánicos e inusuales, en erguidas esculturas, su proceso de construcción tampoco era usual para una escultura, ella primero encontraba los materiales y luego los disponía según su inspiración.


[2] José Jiménez. Presente y futuro del arte. Molinuevo, José Luis (ed.) A qué llamamos arte: el criterio estético. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2001, Pág. 49.


DESTACADA Y LUEGO EXILIADA

La obra con chatarra de Feliza es considerada como revolucionaria de las nuevas técnicas escultóricas, sin sospecharlo su obra marco un camino para los artistas de los años futuros, fue destacada por muchos críticos, opiniones como la de Marta Traba, quien decía “Obrera seria y consecuente, armada durante años de la maquina soldadora para demostrar que todo podía ser pegado con una buena dosis de gracia y otra no menos importante de arbitrariedad”.[3]


Después de exponer durante dos oportunidades en Cuba, fue acusada por sospecha de tener lazos entre el M19 y el gobierno Cubano, fue el final de su inspiración. Recurrió a su amigo Gabriel García Márquez y se fue exiliada a México. Mencionaba una y otra vez como la habían interrogado esa madrugada de julio 24 de 1987, cuando la policía irrumpió en su casa acusándola de tener pruebas muy graves y nunca le dijeron de que la acusaban, viajo a Paris y el 8 de enero de 1982 falleció de un paro cardiaco en un restaurante, junto a su esposo Pablo Leyva, Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes, Enrique Santos Calderón y su esposa, María Teresa.

[3] Traba,Marta.1970.El Tiempo. Feliza Bursztyn Imaginación en Escultura. https://martatrabaenlinea.wordpress.com/marta-traba/

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